Amanece noviembre con ese olor a flor de cempasúchil. Relincha el ocre junto al amarillo. Como salida del baño, reposa sus mañanas y no deja que las islas se vuelvan continente.
El ángel de la panza de oro puede cantar la avaricia o el jadeo de la luz naciendo.
Celebremos los huesos que sustentan la vertical de nuestro paso.
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