Algunos llantos tienen la tensión de la guitarra. Bellamente decorada en sus maderas, es imposible tener la frialdad del alma para no darse cuenta de ello. Sus formas son como el agua de llanto, con sus gotas amplias y saladas. La lejanía pide rasgar sus cuerdas. La guitarra portuguesa, de ancas anchas, nadie se muere de frío. El sol entero se oculta y todos se limpian de vino la boca. El canto de lo perdido que no se quiere encontrar, que para eso es la pena, para tenerla dentro del pecho y no muera.
Que trabajo cuesta quitarse la tristeza de amores que nunca fueron y más ahora, en este tiempo que ya no se usa el sombrero. El sonido de la guitarra portuguesa es como tener el otoño enajenado. Roja puñalada que se mira de frente con los ríos, ya el Tajo, ya el Duero, ya el Mondego.
Cuando vuelva a ser niño, me voy a ir con los gitanos para aprender a leer la mano con la guitarra de *Carvalho.
*António Pinto Carvalho
Concordas = estar de acuerdo, en portugués del verbo concordar.
Reproducción realizada y a la venta en la Casa da Guitarra
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